ECOS DEL EVANGELIO

Alborotador involuntario

Photo André Myre

Par André Myre

ECOS DEL EVANGELIO

19 junio 2024

Foto por Koshu Kunii / Unsplash

Merece la pena reflexionar sobre el siguiente texto (Q 12,49.51.53). El primer verso es típico de Jesús: breve, punzante, intrigante, inquietante, inolvidable. Según entiendo al personaje, me lo imagino, un día, durante un momento de silencio, rompiéndolo con estas pocas palabras, y luego alejándose, dejando boquiabiertos a sus oyentes.

Una o dos décadas más tarde, un profeta lo comentó (v 51). Luego, un escriba cristiano, refiriéndose a experiencias comunes entre los seguidores de Jesús, recurre a Mi 7:6[1] para contribuir a interpretar las palabras del Nazareno (v 53).

 

Q 12,49 Mi tarea es arrojar fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!

51 ¿Creían que mi tarea era traer la paz al mundo?

Mi tarea no es traer la paz, sino la espada.

53 Mi tarea es dividir al hijo del padre, a la hija de la madre, a la nuera de la suegra. Tus enemigos serán, pues, los habitantes de tu propia casa.

 

Para ayudarnos a comprender las palabras de Jesús, me gustaría referirme a otra declaración memorable que la Fuente recoge a continuación:

 

Q 16,13 No se puede servir a Dios y al dinero al mismo tiempo.

 

Dios y el Sistema son dos enemigos acérrimos, en guerra constante hasta la derrota definitiva de uno de ellos. A lo largo de la historia, todos los seres humanos se han visto atrapados entre estos dos, incapaces de conciliarlos e inevitablemente teniendo que preferir uno a expensas del otro. De elección en elección, imperceptiblemente, sin darse cuenta, los seres humanos configuran así su futuro y, al final de su destino, se han asemejado a la realidad a la que han alineado su vida: tienen la dureza de su Dinero o la ternura de su Dios.

Jesús declara que “su tarea” es encender el fuego en la tierra. Literalmente, dice que “ha venido” a hacerlo. La expresión refleja el hecho de que el hombre ha reflexionado largo y tendido sobre sus actos, sobre el impacto de sus acciones en sí mismo y en los demás. Se ha tomado su tiempo para comprender, para aceptar lo evidente, para interpretar la realidad. Mientras exista el Sistema, será imposible eliminar la miseria y la pobreza, porque es el Sistema el que las crea y las mantiene. Así que no hay esperanza de cambio real, salvo en la imposición radical del nuevo Sistema que será el régimen de Dios, algo que sólo Dios tiene el poder de realizar. Mientras tanto, en la historia, el menor gesto hacia ese Régimen tiene el valor de una provocación. Y Jesús espera que su acción, una especie de fósforo que irrita al Sistema, alimente el fuego que lo destruirá.

Las palabras de Jesús recogidas por la Fuente son un llamado a vivir confiadamente en la periferia, a pesar de todas las dificultades que tal opción de vida plantea. Esto es exactamente lo que entendió el profeta que escribió el versículo 51: por una parte, hacer “las paces” con el Sistema significa defraudar a las víctimas, pero, por otra, ponerse del lado de las víctimas significa trastornar el Sistema (“la espada”). Y, como escribe el escriba (v 53), trastornar el Sistema es poner en entredicho a todos los que te rodean y han elegido pactar con él (“la gente de tu propia casa”). Como hombre o mujer de paz, te encuentras llamado (“mi tarea”) a provocar.

Mientras exista el Sistema, la paz es imposible. Así que la “tarea” de los seguidores de Jesús es arrojar “fuego” sobre la tierra, con la esperanza de que el incendio comience.

. Me solidarizo con mi vecino, que padece un cáncer de la tiroides como consecuencia de la contaminación creada por las pruebas nucleares realizadas por las grandes potencias a mediados del siglo pasado, pero maldigo a éstas por concederse inmunidad en el Consejo de Seguridad de la ONU.

. Apoyo a mi amiga enferma de cáncer de mama, pero maldigo el Sistema que permite a multitud de empresas vender infinidad de productos nocivos para la salud.

. Vigilo mi huella de carbono en la naturaleza, pero maldigo al Sistema que se empeña en destruir el único hogar que tiene la humanidad.

. Voto por el partido político más responsable, pero maldigo a las fuerzas económicas y comerciales ocultas cuyas presiones son lo suficientemente fuertes como para impedir que los líderes de buena voluntad tomen las decisiones que promoverían el bienestar de su comunidad.

. Confío en Jesús, pero maldigo el Sistema establecido en su nombre.

No soy malo. No me gustan los conflictos. Pero la vida me obliga a tomar partido. Espero hacer bien mi trabajo y que lo que me espere al final del camino sea el régimen de Dios y no el abominable Sistema. Ojalá conozca entonces la paz.

 

Nota:

 

[1] Mi 7:6 Porque el hijo llama necio a su padre

la hija está en contra de su madre

la nuera contra su suegra

tu propia familia es tu enemiga.

 

ACERCA DE ANDRÉ MYRE

André es un reconocido biblista, autor de numerosos libros, profesor jubilado de la Universidad de Montreal y especialista de los Evangelios, particularmente el de Marcos. Durante varios años, ha dirigido numerosos talleres bíblicos.

 

Las opiniones expresadas en los textos son de los autores. No pretenden reflejar las opiniones de la Fundación Padre-Menard. Todos los textos publicados están protegidos por derechos de autor.

 

Partager :

Síguenos en Facebook

Sigue a la fundación en Facebook para mantenerte informado sobre nuestras actividades, nuestros proyectos y nuestras últimas publicaciones.

Yo suscribo

¿Quieres recibir más contenido?

Suscríbase a nuestra lista de correo y le enviaremos un correo electrónico cada vez que se publique una nueva publicación, es fácil y gratuito.

Yo suscribo